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Pal basural del olvido, el progreso nos tiro,
Más quiso el destino que hoy, nos juntemos otra vez,
Que soy loco, que soy bruto, que ando en la vida al revés,
Quiero verte como ayer con tu chata bien atada,
Y aunque ya no valga nada, loco, bruto o al revés,
Dejen darme el gusto en vida, aunque me muera después.
Ya que Dios me dio la estrella de pulsar esta encordada,
Y esta voz, sencilla y clara, pa que fuera yo cantor,
Con el pecho emocionado y este nudo en la garganta,
Si mi voz no se atraganta, via ensillar el corazón.
Porque en el llevo recuerdos, que quedaron en mi vida,
Como brazas encendidas, al rescoldo del fogón,
De los años que pasaron y que vuelven día a día,
Con sus penas y alegrías a endulzar mi diapasón.
Yo recuerdo cuando niño, me gustaba con desvelo,
Oírlo hablar al abuelo de su largo andar y andar,
Me atrapaban con embrujo las historias de carreros,
De tronqueros, cadeneros y algún potro pa amanzar.
Y después ya cuando mozo, comprendí que en esta vida,
Vos ganaste la partida del respeto y la amistad,
Por sencillo, por derecho, buen amigo y apreciado,
Campero, capacitado y ejemplo de honestidad.
Luego una tarde de invierno, ya cansado de los caminos,
Conociendo tu destino partiste viejo gauchón,
Pa atracar en las estrellas, la chata del desconsuelo,
Y desatar en el cielo, los pingos del corazón.
Y hoy que orgulloso me pongo, cuando traen a la memoria,
Una de tantas historias, que yo te escuche contar,
Te lo juro gaucho abuelo, mientras las voy escuchando
Me suelo poner muy blando, que hasta me hacen lagrimear.
Y si paso por tu casa, te imagino en la vereda,
Como quien ansioso espera, ver un recuerdo pasar,
Aunque solo mas no sea, la vieja chata cargada,
Con los ruanos bien atada, en viaje pa descargar.
Soñando que entre tus manos, ya curtidas y arrugadas,
Cuatro riendas barajadas, sin dejar de manejar,
Sin importante que el tiempo, de la mano del progreso,
Al sendero desparejo, muy pronto logro asfaltar.
Y hoy que estoy en el pescante, sobre el carro de la vida,
Si estuvieras te diría, vení un rato a manejar,
Y tranqueando por la huella, sin más guía que el lucero,
Con vos abuelo carrero, me gustaría pasar.