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Estos versos redomones,
Se me dio por enfrenarlos,
Y con paciencia tratarlos,
Pa que salgan parejones,
Y hoy que me sobran razones
Los via tratar de entablar,
Si los puedo acomodar,
Tan solo serán la historia,
De un hombre, su trayectoria,
Y el arte de jinetear.
Donde hay una jineteada,
Ya temprano se distingue,
La figura de Domínguez,
Mesturao con la potrada
Su presencia es respetada
Su elegancia conocida
Y por las glorias vividas
A lomo de reservado
Es que en la historia ha quedado
Con fama reconocida.
Tubo el hombre pa su algo
Pingos que eran maravillas
Y asi, formo una tropilla
Que llamo La Flor del Pago
Y en este verso que le hago,
Les nombraría primero,
El ya verán, el polero,
La paisanita, el cabrito,
El careta, el zorzalito,
El poncho y el forastero.
Recuerda con emoción,
Como su orgullo más gaucho,
Aquel padre de los gauchos,
Y el renombrado hormigón,
Y aún guarda en su corazón,
Tantos otros que no olvida,
Que entre idas y venidas,
Como el hombre es muy sincero,
Recuerda como clinero,
Las ganadas y perdidas.
Entre los pingos de hoy
Carlos cuida con esmero,
El regalo, el carmelero,
El tontito, el aquí estoy,
Y no miento si les doy,
Este dato que atesoro,
También tiene el gato moro,
Y guarda como fortuna,
Del pimienta y la lobuna
Varios premios broche de oro.
De él podrán recordar,
Tantas montas especiales,
En tan famosos baguales,
Que le ha tocado montar,
Tandil lo vio jinetear,
Necochea, Azul, Bahía,
Balcarce y Olavarría,
Mar del Plata, Montes, Lobos,
Buenos Aires casi todo,
A decir me atrevería.
Su bandera levanto,
También por Montevideo,
Y aun parece que lo veo,
Cuando en el Brasil monto,
Luego bien represento,
Con orgullo les diría,
A Buenos Aires el día
Que a Córdoba fue a montar,
Y su habilidad mostrar,
Allá por Jesús María.
Hoy ya casi retirado,
Podrán verlo apadrinar,
O los cueros arreglar,
Pa largar un reservado,
Tal vez ande de jurado,
O sus pingos acarreando,
Y aunque el tiempo fue pasando,
Él no es el mismo de ayer,
Todavía lo han de ver,
Cada tanto jineteando.
Carlos Domínguez he querido,
Con mi pluma recordarlo,
Y así me puse a elogiarlo,
Bien lo tiene merecido,
Y aura que ya me despido,
Vaya por nuestra amistad,
Con toda cordialidad,
Un fuerte apretón de manos,
De este amigo, que paisano,
Solo dijo la verdad.