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La verdad es que el recuerdo de lo que sucedió
hace tiempo que ha cicatrizado.
Pero creo que de algo ha servido
a pesar de todo lo que ha pasado.
Nunca había sentido un daño igual...
tan duradero.
Desde ese día maldito
quién sabe si todo habría sido igual.
La sangre al río,
y uno de los amigos un puto violador.
Una traición cotidiana,
siempre lo había sabido,
ahora era real.
Y temor y el asco
había un sitio menos donde poderse guardar.
De la espiral del daño hecho
ya sólo salva el tiempo.
Algo se rompió en tu interior
y pocas cosas volvían a ser igual
frente a un espejo roto que ya no refleja
la antigua imagen del mundo exterior.
Y una sombra de duda que envenena todo...
y el silencio
mientras miraba callado
asimilando de nuevo la realidad.
Los significados,
para gestos y costumbres,
gritaban complicidad.
Y el luto tan largo,
ese vacío absurdo,
ese nudo de hielo,
repartiendo las culpas,
para ti,
para el mundo hasta dejarlo estar.
Te dicen: "Sírvete"
Por todos lados veo lo que nos rompió
y me pone enfermo.
Sírvete.