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Confieso que yo cambiaría
la figura de mis ojos, la razón de mi locura
Por el brillo de esa estrella
que me mira en agonía.
Confieso también que lloraría
si la noche cubre el día
alterando esa balanza que convierte
nuestra lucha en la esperanza.
De razones que no alcanza
del capricho de unos cuantos
que nos llevan a privar nuestro derecho
a ser humanos.
Confieso que yo cambiaría
la figura de mis ojos, la razón de mi locura
por el brillo de esa estrella
que me mira en agonía.
Por pasiones pido el cambio en ti de manchas rojas
por lagunas de emociones
y al brindar, las depresiones
con el brillo de tu sombra se convierten en canciones.
De razones que no alcanza
una lucha entre el placer de la ignorancia
y dar tu vida al recorrer
esa distancia.
Y si al final de mi camino
el dar mi vida entera no tuvo sentido,
entonces lloraré desconsolado
al descubrir que la violencia a subastado
al corazón
Si quieren vernos llorar
tienen que robarnos el alma
y poner su mente idiota en mi cabeza.
Hoy puedes entender que no podrán
porque no existe en el universo
magia más fuerte que tu mente.
Como corazones
me decías que vendrían todos juntos con el ritmo de un latido
del amigo, de la prima, del vecino, de la abuela, del conocido...
del planeta convencido
que la violencia no puede continuar
porque no existe en el universo magia más fuerte
que poder pensar.