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Salgo a caminar de noche, Costanera;
te busco en algo para tomar.
Aquél gustito a vino del Oeste argentino:
de tu boca yo quiero probar.
Y en la calle te puedo encontrar;
siempre te espero en el mismo lugar.
La mano viene mal según te dice el diario,
y el pibe que tiene que morfar.
Yo sé que mis amigos, un asado y un buen vino
son cosas que no pueden faltar
(¡y alguna mujer también!)
Y en la calle te puedo encontrar;
siempre te espero en el mismo lugar.
Nada importa, si yo sigo acá;
voy contra el viento sin miedo a chocar.
Ya nada me puede hacer mal:
yo crezco y muero sin irme de acá.
Y en la calle te puedo encontrar;
siempre te espero en el mismo lugar.
Mi lugar...