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Desperté esta mañana
y salí de la cama corriendo
directo al espejo y me dije:
viejo, tenemos que hablar.
Porque a veces me pierdo
me puse de acuerdo
en las cosas que no debería,
por nada en la vida, jamás olvidar:
los amigos que me dio la esquina,
las cosas que me dan placer:
la pelota, el alcohol, las mujeres, dormir y comer.
Y soñar con cambiar esta historia,
sin bronce y sin gloria y sin hacer memoria
de lo que no fue.
Y reir, y reir como loco
aunque este medio roto, me sirva de poco
y no sepa porqué.
No había testigos y el miedo al olvido me dijo
que me convenía escribir lo que hacía
y le dí la razón.
Junté las palabras, traté de ordenarlas
un poco y ahora las llevo grabadas a fuego
y en esta canción
junto a los amigos que me dio la vida
las cosas que me dan placer:
la pelota, el alcohol, las mujeres, dormir y comer.
Y llorar cuando nadie me vea
mojando esta vieja tristeza de mierda
en algún rincón.
Y morir, y morir en la mía
dejando la vida en cada melodía
y en cada canción.