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¿Sabés hermanito? no a todas las balas qe me dedicaron
las pude evitar.
(le habla a un pedazo de tierra panzona,
mientras lo ametralla un llanto criminal).
¿Sabés compañero? ni libre, ni vivo,
me quedan agallas para trabajar.
(la flecha reciente qe luce la placa
tortura al muchacho y a su soledad)
¿y ahora qué le digo a la vida?
¿cómo la podré soportar,
ahora qe no estas a mi lado
escapando de la ciudad?
ni veinte tenían en la madrugada que habían jurado
morir o escapar,
tampoco sabían que el sable del cielo separa
siameses a su voluntad.
ahora la sombra del sobreviviente raja el camposanto y su solemnidad,
no hay flores que endulcen tamaña amargura,
ni vino que engañe a un triste paladar.
¿y ahora qué le digo a la vida?
¿cómo la podré soportar,
ahora qe no estas a mi lado
escapando de la ciudad?
las seis de la tarde y el cuarto cigarro
que sirve de excusa para un rato más...
¡si hubiera escuchado lo qe me decías!...
mirá donde estamos... mirá donde estás.
a veces tiramos promesas al viento creyendo que nunca van a aterrizar:
"si salimos de ésta, no hacemos mas nada"
mentian, ingenuos de inmortalidad.
¿y ahora qué le digo a la vida?
¿cómo la podré soportar,
ahora qe no estas a mi lado
escapando de la ciudad?
¿sabés hermanito? te extraño y no puedo...
la culpa me atrapa y la vieja está mal
no quiere mirarme, no tiene mirada,
no quiere dormir para no despertar.
la bruma aparece, son días pequeños,
el sol le regala sus horas al mar.
la sombra se marcha, su pena es tan grande
que no cabe entera en ningún lagrimal.
¿y ahora qué le digo a la vida?
¿cómo la podré soportar,
ahora qe no estas a mi lado
escapando de la ciudad?