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Un tren a medianoche cruzó, sobre las viejas vías de su corazón.
Y al estrellarse dentro de un túnel, la oscuridad cayó.
De un cigarrillo la ceniza, el viento se llevó.
Un día locura, días sin sol.
Una calle oscura, una calle sin voz.
Desnudos, sin ropa.
Cabalgando a lomos una estrella rota.
Rascando los cielos al amanecer.
Y él la mira, y ella llora.
Y se funden abrazados con la última hora.
Sus cuerpos ya no los disfraza la piel.
Un hormigueo en el brazo, una chuta y un callejón.
Va cerrando los ojos, y ya escucha su voz.
Flota en un sueño, que bien parece otra realidad.
Siente sus pasos, y ahora comprende que ya no hay marcha atrás
Un día locura, días sin sol.
Una calle oscura, una calle sin voz.
Desnudos, sin ropa.
Cabalgando a lomos una estrella rota.
Rascando los cielos al amanecer.
Y él la mira, y ella llora.
Y se funden abrazados con la última hora.
Sus cuerpos ya no los disfraza la piel.
Y en un rincón de algún callejón, ella se fue atajando.
Y al otro lao de la vida él la estaba esperando.
Y la luz, y la luz se vuelve como el fuego.
Sólo tú, sólo tú
Se dicen entre besos.
Y la luz, y la luz se vuelve de fuego.
Sólo tú, sólo tú
Se dicen entre besos.
Y la luz, y la luz se vuelve de fuego.
Sólo tú, sólo tú
Se dicen entre besos.
Y que el último tren descanse en paz en el cielo.
O quizás mejor, que descarrile en el infierno.
Se comen a besos
Se comen a besos
Y que el último tren descanse en paz en el cielo.
O quizás mejor, que descarrile en el infierno.