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Hemos oído muy dentro la Voz de Dios,
En nuestros pechos se ha encendido un santo ardor,
Y con fuerza respondemos a esta vocación,
¡Somos discípulos y misioneros del Señor!
El nos da la Gracia de anunciar el Evangelio
Y de llevar la cruz con alegría.
El nos da la Gracia de entregarle nuestras vidas
Y transmitir su amor a cada día.
Nuestro Maestro nos ha escogido aunque conoce
Nuestras flaquezas y nuestras luchas al andar,
Y nuestro nombre El ha pronunciado con tanto amor
Su mayor fuerza se manifiesta en la debilidad.
El nos da la Gracia de anunciar el Evangelio
Y de llevar la cruz con alegría.
El nos da la Gracia de entregarle nuestras vidas
Y transmitir su amor a cada día.
Agradecidos con el Maestro nos entregamos
Nos desgastamos como el Cirio Pascual.
Aunque atardecidos de cansancio, volveremos a empezar.
El Señor bien nos sabrá recompensar.
El nos da la Gracia de anunciar el Evangelio
Y de llevar la cruz con alegría.
El nos da la Gracia de entregarle nuestras vidas
Y transmitir su amor a cada día.