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La casualidad no es cierta,
El que ariesga siempre intenta todo
Y acepta todo.
Ya sin nada que temer,
Busco un nuevo amanecer despierto
Y en silencio.
Las horas pasan, no paro de pensar
Pero en sus labios
Mueren mis palabras antes de poder callar.
Y estoy tan cerca de caer,
A punto de perder
Lo que he ganado hoy.
Me refugio en su cuerpo,
Rápido y luego lento
Vuelo en el ocaso.
La madrugada ya está abierta
Y el sueño no se acerca,
Busco de nuevo mi alma.
Vislumbra el alba, todo va a terminar
Pero en sus labios
Mueren mis plegarias antes de poder callar.
Sos brisa y te vas, dibujando el alba,
Quédate a descansar sobre mis rodillas.