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Podría pasar las horas quejándome del mañana,
Podría seguir pensando con las ideas de otros,
O tal vez despojarme de tanta dependencia,
Y verme como soy
Caminar patios vacíos y calles con amigos,
Hacer mías tus sonrisas nena con una canción,
En agostos y septiembres olvidarme de la gente,
Y acordarme siempre adónde voy.
Quizás ya no me salgan los chistes de la infancia,
Ni juegue los domingos a ser tío comprador.
Pero conservo la calma de ser como yo soy,
Libertad de mente es libertad de acción.
Sumido en arrogancia me adueño de las ganas,
Compañeros de tristezas, cazadores de hazañas.
Eso de la nostalgia se acabo.
Sumido en la sabiduría
De buscar la plenitud en la esencia de las cosas
Iré surcando cada día como me antoje y decida
Porque soy de la escuela de la vida,
Porque soy de la escuela de la vida!