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Dicen que Santa Teresa
se comió una milanesa,
y a las doce de la noche
le dolía la cabeza.
Achumba, calacachumba,
achumba, y ole,
achumba, calacachumba,
¡qué bonita es usted!
Dicen que Santa Teresa
se comió una milanesa,
y a las doce de la noche
le dolía la cabeza.
Achumba, calacachumba,
achumba, y ole,
achumba, calacachumba,
¡qué bonita es usted!