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Yo solía ser fuerte como un roble,
Pero nada es perdurable,
Hoy mi cuerpo es delicado y sensible
Mi salud bastante endeble.
En este balneario
Donde vine a acabar mis días,
Se empeñó mi sobrino, Zacarías
En que era lo mejor.
Nada como las aguas termales
Para mi problema de cervicales,
Mis afecciones renales
Y mi cáncer de pulmón.
Pero en este balneario
La comida es asquerosa,
Las enfermeras, espantosas,
El servicio es demencial
Y ya tengo avisado al notario
Para que desherede a mi sobrino,
Ese pelota cretino
Que me metió en este lugar.
Estoy harto de fuentes medicinales,
De baños en oscuros manantiales,
De la importancia de las sales,
Del agua mineral sin gas;
Y cada día que pasa en el balneario
Se acrecienta mi odio a este mundo ingrato,
Aumenta mi pasión por el asesinato,
Mi único deseo es matar;
Y sé que el comisario
No sospecharía de un pobre anciano,
Abstraído al estudio del derecho romano
Y la filosofía oriental.
En este sanatorio,
Los demás pierden el tiempo jugando al mus,
Yo repaso mi arsenal, y escucho a obús
A volumen brutal.
En este purgatorio,
Encontré mi entretenimiento,
El remedio al aburrimiento,
Liquidando visitantes sin piedad.
Ayer estrangulé a una concejala,
Cuando inauguraba la nueva sala,
Y tengo guardada una bala
Para el Ministro de Sanidad.
Y cada día que pasa en el balneario
Se acrecienta mi odio a este mundo ingrato,
Aumenta mi pasión por el asesinato,
Mi único deseo es matar;
Y sé que el comisario
No sospecharía de un pobre anciano,
Abstraído al estudio del derecho romano
Y la filosofía oriental.
Hoy va a correr la sangre en el balneario.