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Mi ángel celestial,
un día descendió,
de ese cielo azul hasta donde estoy yo.
Tal vez notaras,
solo me atrevo a mirar,
tímidamente tu rostro de perfil.
Ah lo único que pude yo hacer,
fue agachar la mirada y sonreír,
ahora en mi corazón tu nombre se gravo
y desde mi alma te llamare.
Como la nieve cayendo va,
acumulándose,
el inocente dolor en mi,
aun si no hay modo de escapar directamente yo,
mi emoción te quiero transmitir.
Mi sincero amor y mi voluntad,
yacen escondidos y me hacen dudar.
Debería estar la llave en cada cual,
para abrir las puertas y así amar.
Ah lentamente me voy detrás de ti,
huella tras huella hasta tu corazón,
podemos abrasar la oportunidad,
y bajo las estrellas solos estar.
Como las olas de dolor que golpean sin cesar,
no sé si lo pueda evitar,
lagrimas el viento secara y este sufrimiento,
en fragmentos desvanecerá.
Como la nieve cayendo va,
acumulándose,
el inocente dolor en mi,
se que al fin descubriré el amor y
mi propio lugar,
donde las mentiras no estarán.
Mi ángel celestial,
ya no volverá jamás,
a ese cielo azul de donde descendió.