Оригинален текст
No supo bien que tren la trajo
Abarca mi sonrisa en su polo
De su mejilla vinieron dolores... estresantes
y yo mojado volviendolos flores.
Y a un costado, una fragil mirada sucia
pero que impacta de frente, es diferente
no puedo peinarte, nena.
Éste reloj, suspende la vida y viaja siempre para encontrarte y verte bailar.
A veces, el ciego agradece su cegüera, y otras veces prefiere dudar...
Un pedazito no alcanza, tu gran locura es el fallo, me atrae, me atrapa, me deja sin piernas.
Bajo sus tropas, en cadena dorada.
Esas promesas son armas para mentir.
Un faro sucio alumbraba la esquina, y yo apagando los rastros menores de vida.
Entonces fuimos, con un mismo cigarro a un destino exacto.
Nos dedujimos, nos incendiamos, nos perseguimos.