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Mi canto es semilla de cálida estación
el viento esparce la blanca maravilla
un aguacero de tertullas para la ocación
que germina en mariposas y cosquillas.
Del abriego voy haciendo con mi sino
una vertiente que trepa por mi garganta.
Abono la tierra con mugre que se estanca
y crecen naranjos de dulce desatino.
Nacen murgas que siembran estrellas,
para que cresca el cielo boca arriba
y broten lentejuelas y la carne viva
con un arcoiris frondoso en las mejillas.
Huerta que posee angélicas raíces
tienen sangre de parches en rasimos
tiernos gajos de alas para los no felices
jardines de razo rojos donde morimos.
Que tu sonrisa me bese en la boca
y aletargue el dolor que me provoca
la ausencia de un febrero constelado,
es que extraño tanto baile peregrino.
De murga y de murga es mi destino
y por eso soy rui señor enamorado.