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¡Y sabe dios por qué!
ya no estás más aquí,
el destino tan cruel
te arrebató de mi,
mas, un día me iré,
un ángel me guiara
y junto a ti estaré.
Tu puerta a mi se abrió
y un tesoro yo hallé,
que mi vida cambió,
que tanto disfruté,
que para mi nació,
que con celo cuidé,
que dos hijos me dio.
En tu partida nuestros hijos
tan sólo me han quedado,
tan chiquillos, sin saber qué ha pasado,
ellos son una parte de mi vida.
En tu partida te has llevado
otra parte de mi vida
hacia un cielo desde donde nos miras,
allí donde contigo estaré un día.
En tu almohada dormir,
tus lecturas leer,
tu perfume sentir,
nuestros hijos crecer
y un viejo álbum abrir
para en fotos volver
a verte sonreír.
Y ellos preguntarán:
¿dónde fue?, ¿dónde está?,
¿si tal vez nos verá?,
¿cuándo regresará?,
y mis labios dirán,
con angelitos va
y al cielo mirarán.
En tu partida nuestros hijos
tan sólo me han quedado,
tan chiquillos, sin saber qué ha pasado,
ellos son una parte de mi vida.
En tu partida te has llevado
otra parte de mi vida
hacia un cielo desde donde nos miras,
allí donde contigo estaré un día.