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Si deja mi niña su alma desnuda sobre la mano
recuerde que esta la mía padeciendo el desamparo
no vaya que su sonrisa me pueda con sus encantos.
Si me entrega una caricia con sus ojos perfumados
por un verde de jarillas de las tardes de mi pago
se me enciende la guitarra y allí me quedo cantando.
Coro
Ay si usted es la ternura que reverdece en el campo
como florcita iretama trae en su andar el verano
para que prendan amores en los ojos de los changos.
Su vestido de domingo amarrillo de pichanas
es un solcito que crece como crecen las miradas
en tardecitas azules cuando cruza por la plaza.
Se hacen brasas los senderos por su sombra dibujada
silueta de agua y arrope música de las calandrias
ay como no enamorarse de sus ojos de esperanza.