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El sol en desierto grande
y la sal que nos quemaba.
El frío de las soledades,
camanchaca y noche larga.
El hambre de piedra seca
los quejidos de la pampa.
La vida de muerte lenta
y la lágrima quemada.
Las casas desposeídas
y el obrero que esperaba
al sueño que era el olvido,
al sueño de noche larga.
El viento en la pampa inmensa
nunca más se terminara.
Dureza de sequedades
para siempre se quedara.
Salitre, lluvia bendita,
se volvía la malvada.
La pampa, pan de los días
cementerio y tierra amarga.
Seguía pasando el tiempo
y seguía historia mala,
dureza de sequedades
para siempre se quedara.