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Aparece el mestizo,
el heredero
de unicornios azules
y catedrales;
lo coronan estepas
y mares blancos,
los solsticios de junio
y el sol de enero.
Aparece el mestizo,
el destinado.
Lo rodean leones
y el pez dorado,
el carnero y la Virgen,
los cabritillos,
las señales del toro,
vientos y mares.
Es gemelo del mundo,
balanza pura,
aguador de los cielos,
la luz de Cáncer.
Es la flecha y el dardo,
piedra de fuego.
Relato III (Luis Advis)
Florecida de Historia y revivida,
bautizada en la roca y en el agua,
construida de siembras y caminos
ibas creciendo, madre milenaria.
Germinabas en vástagos bullentes
y forjabas en castas soberanas
tu alimento más dulce, su descanso;
tu madera más dura, su batalla.
Y nacían países en tu seno.
Territorios de sol, cumbres violetas,
extensiones de sueños que soñaran
mazorcas ya perdidas en la niebla.
Latitudes, confines, vastedades
que surgían de lluvias o de abras.
Naciones de tu amor encarecido
naciendo, por tu amor, iluminadas.