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Tú de pie mirando hacia el camino,
él allí, atado y proscrito;
pero juntos los dos
hablando del amor
al borde del abismo.
Él juntó la leña y una piedras,
tú la piel para la noche en vela,
las cosas de final
tendrán que esperar
a que les hagan tregua
Y mientras necios poderosos
dividían sin medida el suelo,
ustedes daban a la tierra
una esperanza por nacer.
Y aunque siniestros poderosos
escondieran con esmero sus cuentas,
ustedes iban transparentes
a encontrarse en el andén.
Sí, son dos viajeros temporales,
cara y cruz del miedo y del coraje;
en un domo sin par,
surcando la ciudad, mirando al infinito.
Y aunque cayeron y sangraron
y sufrieron muchas veces destierros,
pasaron a otros más perfectos
que nunca pudieron ser.
Y aunque escribieron en los diarios
que fue inútil, que no alzaron el vuelo,
pasaron a otros más brillantes
que no alcanzaron sus pies