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Hace calor en la calle
y te sientes libre de preocupaciones,
acércate, qué vas a hacer
solo y pensando en qué comer,
en qué hacer, en qué leer,
qué ver, qué pensar y qué mal, oye,
qué tal, hola, qué tal.
Nadie puede hacerte daño donde sólo existe nadie.
Aquí todo se arregla con un sí, con un qué guay,
ja ja je je ji ji
Con nada más, sin sonreír.
Pide un deseo que la máquina
te lo concederá antes de irse a dormir.
A partir de ahí puedes llorar, que te has perdido.
Si ya no sabes quién eres,
vuelve a mirarte.
Vamos a hacer algo,
cuantas veces has escuchado esto,
y no lo entiendes.
Sé que has aprendido excusas,
espero que ahora tengas una.
Nadie puede hacerte daño donde ni existes tú.