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Ella siempre viene, siempre tan precisa
No la apura nadie, y nadie la demora
Con sus ojos claros, y tan asertiva
Nunca le ha costado, enseñar la vida
ama lo que toca, y lo que respira
no le teme a nada, solo a la cocina
cuando ella se acerca, todos se dan vuelta
ya llego la hora, hace un cigarrillo.
y luego se va tras sus pasos
a la noche eterna se ira
y se perderá después del abrazo
otros cuantos días más.
Una vez yo estuve mal, y se acerco
Habló de que las piedras están, en todos lados
Lo dijo con tal mirar, que la tierra se estremeció
Desde entonces ya no más, la he vuelto a ver