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En la estancia "Gallinales", había una fiesta criolla
donde se corría una polla entre piones y puesteros
vino y asado con cuero para toda la reunión
había gran animación en aquel hermoso día
causaba aquella alegría el cumpleaños del patrón.
Acoplados ya los gauchos llego allí un desconocido
como hombre bien vestido criollo de linda estatura,
rastra de oro en la cintura, buena vincha buen sombrero
traía aquel forastero de tan simpático rostro
calzaba en las bota e potro grandes rodajas de acero.
Se presento al capataz y solicito permiso
fijándole compromiso para ayudar en la criolla
dijo formare en la Troya como simple aficionau
y el capataz conformau dijo bondadosamente
quédese tranquilamente, me causa el mayor agrado.
Habían en el corral veinte potros invernados,
entre esos, dos reservados pero uno sobresaliente,
era un mestizo imponente, le decían el Jaguar,
nadie lo quería montar por las mañas que tenia,
y aquel que lo conocía jamás lo quería ensillar.
Era terrible en el lomo y baqueano en la volcada,
igualmente en la patada cuando negaba el estribo,
para el diente positivo cuando le ceñían el lazo,
curtidos a los porrazos audaz y atropellador
y acometí al domador a dientes y a manotazos
El capataz hizo oferta para aquel que lo ensillara,
siempre que no lo bajara tendría diez libra en la mano !!!Acepto!!!
Acepto dijo un paisano y era el mozo forastero,
procuro ganar dinero aunque me lleve un porrazo,
no extrañaran mi fracaso, si caigo no es el primero;
muy bien dijo el capataz, pero les diré al corriente,
que aquí hay hombres muy jinetes, nadies le paran el lomo
bellaquea nose como, tiene una astucia enemiga,
es un crudo sin fatiga aporreado por demás,
tengo la segurida que uste jamas lo castiga.
Creo dijo el forastero, pero soy algo porfiau,
le tiene fe a su mentau yo también a mis rodillas,
a mis espuelas sencillas baqueanas en las paletas,
jamás he sido hombre de yeta y a su jaguar en progreso,
le juego quinientos peso que no me saca ni aprieta,
también le juego al que guste, todo entero mi chapiau,
a mi zaino requemau que es mi único tesoro,
les juego mi rastra de oro que es una prenda prolija
y también juego esta sortija que es una prenda estimada,
me gusta más la parada cuando me juegan en fija.
El capataz en calor, lo desafiau acepto,
con testigos valoro las pilchas que había jugau,
dijo el mozo entusiasmau, capataz,
si hay recelo, si piensa verme en el suelo como me ha creído incapaz,
le juego diez libras más y se lo jineteo en pelo.
En el acto fue aceptau,
al capataz convenía y en pelo le parecía mas en fija la victoria,
si hasta parecía una historia del jaguar, sus pormenores,
a sus mañas y rigor, le teminan los mentaus,
con bastos había derrotau ciento y tantos e´domadores,
la pionada se reía, decía un domador mentau,
este indio sale pelau, abochornau y de a pie,
el Jaguar se tiene fe, tiene diez años en el trillo,
tiene juerza en los carrillos y es baqueano en las gambetas,
cuando siente las rozetas hace crujir los colmillos.
Había en esa hermosa fiesta, más de veinte mil personas,
guitarras y acordeonas, tocaban alegremente,
dijo el capataz sonriente, muchachos, a la portera,
ya no hay más horas de espera cada cual con su rebenque,
y el jaguar en el palenque estaba que era una fiera,
unos armaban los lazos, los otros las boliadotas,
y contaban sin demoras ver el jaguar apartado,
los autos bien colocados con un testigo por guía,
claramente se veía de costado y por derecho,
los fotógrafos en provecho, sacando fotografías,
al jaguar en el palenque, un criollo se lo orejeo,
y el jinete lo salto con el rebenque en la mano,
grito ¡¡larguelo paisano a esa fiera tan mentada!!
Y el otro en sus compadradas le dijo potrillo arisco,
y en la punta del hocico le pego una cachetada.
El bruto con tal agravio soltó un ronquido alterau,
igual que tigre cebau salio buscando ventaja,
cuando sintió la rodaja, armo surco en las gramillas,
bellaqueando de costilla se cambiaba de costau,
y el jinete iba parau, solamente en las rodillas.
Doce cuadras bellaqueo, de aquella forma entonada,
aquella fiera enconada hacia crujir los dientudos,
como voltearlo no pudo busco astucia en su defiendo,
parecía dirse cayendo, en el salto se volcó,
en el aire se voleo y el gaucho salio corriendo.
Cuando quiso enderezarse el criollo están horquetau,
y le grito te ha chasqueau, no me aprietas mamarracho,
he de chusiarte el escracho si sos un gran cabortero,
vos sos el Jaguar Overo que te has tragau un chambón,
sabrás que yo soy el lion, quien vino a rayarte el cuero.
Como si hubiese entendido, el Jaguar se enarbolo,
y el rebenque retumbo en las paletas heridas,
bellaqueando siempre a vueltas a las cruces lo llevo,
en el salto se volcó y aprovecho la volada,
dando una mortal sentada, que casi lo despidió,
lo salvaron las espuelas, en el cuero retorcido,
y el animal ya rendido enderezo pal corral,
un criollo le tiro un pial y le grito Viva Cuñau,
como tan bien se ha portau, este pial lo esta esperando,
Salio el gaucho trompezando, totalmente acalambrau.
El público lo aplaudió, con entusiasmada gloria,
vivaraz de la victoria y el de merecida fama
y hasta un enjambre de damas que se encontraban reunidas,
todas ellas persuadidas, también lo felicitaron
y con gusto le curaron las dos rodillas heridas.
El Jaguar quedo estirau, el golpe lo desmayo
y a los tres días murió completamente infestau,
horriblemente espueliau perdió toda su energía,
y un gaucho viejo decía, este indio tiene reserva,
debe tener buena yerba o domar con brujería