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Por qué cada vez que decido, apareces;
si suelto, apretarás más fuerte...
Con la palabra que sale cuando menos la piensas,
explota el mundo a deshoras, normalmente, cuando tú quieras.
Lo inoportuno en un chasquido,
me dejó desmayar por tu ser altivo;
busco el mareo que me postre ahí,
en el hilo, que se convertirá en ovillo,
cuando te llore a solas, cabeza en ombligo...
Mírame a la cara,
y termina de entrelazar los dedos;
te crees que no me doy cuenta de tu juego...
Une bien las palmas,
y atrévete a mirarme de nuevo;
yo posé mis fichas y dejé que me comieras,
por fuera y por dentro...
Yo posé mis fichas y dejé que me comieras,
por fuera y por dentro.
Rezagada la ternura del torso,
que permite descansar mi cuello;
no aseguro conocer cada poro de tu cuerpo...
Prometo no luchar,
prefiero quererte bien y a su tiempo.
No te preocupes por el as,
llevo las mangas bien anchas.
El colmo de cualquier cantautor,
cada historia, más difícil de contar;
de parir una canción...
Mírame a la cara,
y termina de entrelazar los dedos;
te crees que no me doy cuenta de tu juego...
Une bien las palmas,
y atrévete a mirarme de nuevo;
yo posé mis fichas y dejé que me comieras,
por fuera y por dentro... (x2)
Une piel con pecho,
y atrévete a decirme que es difícil lo nuestro;
tu vida es más sencilla, si no me crees,
si lo das todo por hecho...