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Voy a resurgir de mis cenizas,
voy a ser lo que un día fui, aunque hoy esté hecha trizas.
Vengo de soltar la vela, de echarme los trastos, de tender la pena;
vengo de historias en marcha, que aún sobreviven en la selva de las cabezas...
Ahora camino descalza, despojo de pasos;
y que se los lleve la marea, y que se los lleve la marea...
Y cuando quieras, puedas dejar de lamentarte,
porque cuando mueras, todos sabrán lo que fuiste,
pero no lo que pensaste.
Hilos de noche, lunas en vela,
hipotenusas de líneas inversas;
hormonas se adueñan de mis maneras,
sólo tú decides si te vale la pena...
Es la historia de una más entre la prisa,
de esas que lloran antes de dormir, tras la máscara de la sonrisa...
Horas en hospitales, un placebo y hasta la vista;
dioses en batas blancas, que por saber donde tengo el bazo, cualquiera les rechista.
El vazo está sobre la mesa, medio lleno y al lado de la salida;
gira el pomo de la hipocondría y bienvenida a mi nueva vida.
Hilos de noche, lunas en vela,
hipotenusas de líneas inversas;
hormonas se adueñan de mis maneras,
sólo tú decides si te vale la pena...
No hay que tomarse las cosas tan a pecho,
que después te duelen los pezones;
no, no mires tan adentro, que me vas a ver las intenciones;
bésame ahora que puedes, que soy de baja rápido telones;
el uso de mi fallo a mi favor...
El aviso de mi fin de vida, te lo van a dar otras voces;
decidí alzar mi cuello, cambié fracasos por errores;
el uso de mi fallo a mi favor...
El uso de mi fallo a mi favor...