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Cada segundo que pasa quiebro un ángel nuevo
el pelo de la parafina quemándome el seso
parece que nadie vendrá a visitarme este invierno
pondría mi otra mejilla por ver volar cuervos.
Cada segundo que pasa quiebro un ángel bueno
los ojos de la parafina abiertos, abiertos
parece una estrella de fuego con puntas de hierro
pondría la otra mejilla por ver cantar cerdos.
Parece que cada segundo que pasa es más lento
la historia con furia salvaje de peces violentos
me quedo sentado a la diestra de un dios que no siento
pondría la otra mejilla por ser como quiero.
Agujas que avanzan y hacen del mundo un veneno
me quedo pensando en nosotros como en tiempo muerto
parece que había más manos golpeando el silencio
los barcos, los trajes, los indios, las damas, los perros.
Pondría mi otra mejilla por ver bailar cerdos.
Parece que mis uñas tienen un poco de hielo
podría cortarlas con una máquina de fuego
cada uña como si una luna quemara en el cielo
cada uña como si una luna quemara en el viento.
Cada segundo que pasa quiebro un ángel nuevo
vapor en la helada mañana brotando del sexo
los viejos gastaron sus años dándonos consejos
hicieron la casa, la iglesia y la plaza del pueblo
y se deshojaron sus ojos en los cancioneros.
Nosotros guardamos bajo la almohada los sueldos
mordemos el pan que nos toca y roemos un hueso
a cada segundo que pasa quiebro un ángel bueno
las horas rematan en cosas que yo no comprendo
inútil paraguas entregado a la furia del viento
la tumba de Sara en el centro de mi cementerio
pondría mi otra mejilla salvaje en el fuego
pondría mi otra mejilla ofendida en el viento
pondría mi otra mejilla herida en el hielo.