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En un convento de monjas
con un precioso jardín.
Don Juan era el jardinero,
sólo él entraba allí.
Sor Inés siempre miraba
a escondidas a Don Juan.
Lo observaba y pensaba:
''Eso es la felicidad''
Sin saber por qué.
Si fijaba solamente
en el bulto del pantalón,
le nublaba eso la mente,
le partía el corazón.
Pero un día de mañana
Don Juan sorprendió a Inés,
se la llevó hacia una esquina
y le mostró su interés.
Sin saber por qué.
''No es verdad, ángel de amor,
que en esta apartada orilla
con ésta, mi maravilla,
podré yo hacerte el amor''.
Sor Inés al ver el miembro
de su amado Don Juan,
sonrió y sus tres ojos
los abrió de par en par.
Sin saber por qué.
Sin saber por qué.
Surgió el calor en su interior.
Surgió el calor en su interior.
Renunció a todos sus votos,
a su iglesia y a su Dios.
Sólo quiso que su amado
estuviera en su interior.
Y así fue como ésta joven,
de nombre Hermana Inés,
obtuvo el Cielo en la Tierra,
lo tuvo todo a la vez.
Sin saber por qué.
Surgió el calor en su interior.
Surgió el calor en su interior.
Surgió el calor en su interior.
Surgió el calor...