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Que recorten sus falda las funcionarias,
que no llegue a la cita el despertador,
que algún Dios tome nota de las plegarias,
que los cuerdos traicionen a la razón.
Que mi nombre te sirva de abecedario,
que le salga un buen novio a la soledad,
que ni el pna ni los peces sean un milagro,
que yo siempre le gane a tu voluntad.
(Estribillo)
Y por qué no probar a jugar al revés,
a que pueda pasar lo que no puede ser
y aunque sea solamente por esta vez
que se vistan los índios de John Wayne.
Que se olvide del lunes el calendario,
que se muera de celos el confesor,
que no tengan fronteras los diccionarios,
que tus botas se aprendan mi dirección.
(Estribillo)
Y por qué no probar a jugar al revés,
a que pueda pasar lo que no puede ser
y aunque sea solamente por esta vez
que se vistan los índios de John Wayne.
Que nos baile la vida una tarantela,
que se mire al espejo el predicador,
que la música amanse a todas las fieras,
que jamás sea lo mismo que a lo mejor.
(Estribillo)
Y por qué no probar a jugar al revés,
a que pueda pasar lo que no puede ser
y aunque sea solamente por esta vez
que se vistan los índios de John Wayne. (Bis)