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La mañana siguiente, después de la periódica visita del carcelero,
encargado de suministrarles algo de pan mohoso y agua,
se enteraron de la ejecución de una joven toledana de 19 años
acusada de brujería y practicar misas negras.
Según pudieron enterarse por boca de Juanillo
-el carcelero-, la pobre muchacha no estaba en sus cabales.
Proclamaba a quien quisiera oírla, que era la concubin
del mismísimo Diablo y se que le aparecía en su alcoba
todas las noches en forma de Íncubo.
- ¿Íncubo? ¿Qué es? -preguntó interesada Azaak.-
- Íncubos y Súcubos son materializantes de Satanás
en forma humana. El Íncubo tiene aspecto de un atractivo
hombre y el Súcubo de doncella apetecible.
Los dos se aparecen a sus víctimas de noche,
y suelen excitar tanto a sus asustados pretendientes,
que estos caen rendidos a sus encantos.