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En su ventana yo cantaba,
y con el corazón decía,
ha llegado la esposa mía,
debo marcharme, chao
Lucía,
que estás haciendo, no
no llores,
porque tu sabías ya
que era cazado.
Chao, chao, chao
. Adiós Lucía ya
debo marchar,
chao, chao, chao
a otro en tu balcón
encontrarás,
chao, chao
adiós
adiós
Lucía.
Y me acerqué a tu vida solo,
para comprar tu amor Lucía
y te compré hasta el corazón,
perdona pero es así Lucía,
qué estás haciendo, no
no llores,
porque tu sabías ya
que era cazado.