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Madre, he pecado de soberbia, avaricia y ambición, he explotado cada muestra de cariño, cada gesto desinteresado y cada gota de tu amor, he convertido tu sangre en petróleo y hoy veo los resultados de mi error. Madre te pido perdón.
Madre soy un cerdo famélico alimentándose de tu erosión, soy un cretino que no razona y que voltea el rostro cuando te ve llorar. Se que estas sufriendo y no me importa mientras pueda seguir usándote. Madre te he golpeado, te he mentido y te he abusado, he caminado sobre tu cuello y me enorgullezco de ser mejor que tu. Madre, perdóname.
Madre tu pides mi ayuda y yo me esfuerzo en no escucharte, te veo letárgica y pálida, delgada y moribunda, tu sangre escurre como un río por mis manos mientras tomo tu cabeza y beso tus sienes.
Madre no te salvaré.
Madre reconozco que he sido malo, soy el único responsable de que hoy tu cuerpo muera lentamente, de que tu piel seca caiga pestilente, de que pierdas tus signos vitales. He pisoteado tu grandeza, tu orgullo y tu belleza y he traído ira y fuego a tu alma. Madre se que estas aún despierta... quizás solo por unos segundos mas, madre estas muriendo frente a mis ojos y no parece que me intereses mas, He sido un sirviente de la degradación de tu bello rostro, tu bienestar nunca me importó, madre mía devoré mas de lo que jamás pude masticar. Madre me duele en que me convertí, me duele que me veas así, ¿En que momento dejé de ser tu pequeño hijo para convertirme en tu violador y tu asesino? Madre dime porque nunca pude apreciar el alimento que día con día tu aún me das?
Madre son tus últimos minutos de vida. Madre soy un virus, soy la peste, soy el daño irreversible en tu útero, la cicatriz en tu interior.
Maldito el fruto de tu vientre que no entiende que sin ti también morirá, que jala el cordón umbilical alrededor de tu cuello para propiciarte aún mas dolor. Madre entiende que debes extinguirme, te estoy causando una infección sin detenerme y se que no merezco tu perdón.