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Él nunca quiso herirme, él siempre me lastimó y cada que estaba cerca siempre mi lengua arrancó. Y siempre promete el futuro y siempre persigue el dolor, él es el blanco absoluto y el siempre tiene la razón.
Aliméntate de mis cenizas, aliméntate de mis heridas.
Aunque en las noches se ausenta respiro su polvo, a veces toca mi puerta y el dolor es hermoso. Él dice que viene a ayudarme, él viola mi cuerpo y mi piel, me besa con tierra y con sangre y siempre creo en él.
Miénteme hasta que me duerma, miente hasta que sangre el sol, miénteme hasta que te duela, miente y dame la morfina de tu voz. Miénteme y no te detengas, miente y mírame, aquí estoy. Miénteme hasta que me muera, miente y calma este dolor.
Aliméntate de mis cenizas, aliméntate de mis heridas.
Él es el día, él es la luz, él es el monstruo, él es la juventud, el destructor, ciego siervo salvador. La rabia se vuelve risa, su orgullo es mi maldición, me llena el cuerpo de astillas, muerte y pena en mi corazón.
Miénteme hasta que me duerma, miente hasta que sangre el sol, miénteme hasta que te duela, miente y dame la morfina de tu voz. Miénteme y no te detengas, miente y mírame, aquí estoy. Miénteme hasta que me muera, miente y calma este dolor.
Aliméntate de mis cenizas, aliméntate de mis heridas.