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Tengo los brazos al cielo abiertos
como las ramas de la araucaria.
Soy el arraigo y el sacramento
y el sol entibia mi cara al viento.
Cae mi nombre en tierra blanda
donde se hunde, hunde y hunde
y el sol me abrasa y quiero ver
cómo me funde, funde, funde.
Que lo que siento no es lamento
del fruto abierto no me arrepiento.
Que lo que alcanzo es mi propia luz ,
mi primer nombre, tu aliento.
Que lo que dejo es mi cuerpo hoy,
sangre en la tierra, buscando voy.
Tengo los brazos al cielo abiertos
como las ramas de la araucaria.
Aire del bosque, tierra sin dueño:
con sólo el cielo no me sostengo.
Otra noche y la luna no descansa
y el suelo enfría, enfría, enfría.
Piedra fría, tierra mía:
guárdenme la vida.
Que lo que siento no es lamento
del fruto abierto no me arrepiento.
Que lo que alcanzo es mi propia luz,
mi primer nombre, tu aliento.
Que lo que dejo es mi cuerpo hoy,
sangre en la tierra, buscando voy.