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Seguiste las voces para pisar justo,
no sabés de qué trata, pero vas a estar.
Reyes de turno que le temen al mañana,
y en la inercia de las masas no te encontrás.
Nunca supiste ser más que felicidad de otro,
de ese que carcajea mientras vos desesperás.
Ángeles berretas, luces obsoletas,
nunca supiste ser más que dineral.
Pero no te ves ahí,
un sabor amargo te invade,
hiciste lo debido, y ligaste tristeza,
no sos más que nadie.
Todavía mendigás alguna palabra ajena,
y para colmo corregiste tu verdad.
Y aunque sepas que estás vestido en fracaso,
cuando cambie el sol, en él te enjuagarás.
Sos el arma de todo este juego,
y van violando mientras vos vas detrás
de todo eso, que nunca deseaste,
y hoy por él sabrías matar.
Pero no te ves ahí,
un sabor amargo te invade,
hiciste lo debido, y ligaste tristeza,
no sos más que nadie.
No hay mejor cosa que soñar lo que todos,
los sueños gastados que mañana cambiarán.
Te despellejás, para tener el premio,
para que algunos ojos te puedan mirar.
Te obligan a latigazos que creas en la libertad,
y vas tejiendo el velo para nunca despertar.
Y vos vas, bomba a bomba, y vos vas, muerte a muerte
rogando que te vean, comprando la amistad.