Оригинален текст
Hotel La Gallega,
barata la pieza
espejo partido,
sin silla ni mesa
ya ves,
un lugar tradicional
para la infidelidad matrimonial
y discretamente
entra y sale gente
sin hablar.
Está la gallega
parada en la puerta
si no hay efectivo,
se anota a la cuenta
tanta gente viena y va
en sus paredes mustias
de humedad.
Es barato el precio
para un poco de
privacidad.
De día familias
y de noche, parejas.
Quemada de puchos
la cama se queja,
unos novios que entran ya
y un viajante de comercio
que se va.
Y discretamente
todo por el barrio
sigue igual.
Hotel La Gallega,
barata la pieza
espejo partido,
sin silla ni mesa
ya ves,
un lugar tradicional
para la infidelidad matrimonial
pero,
siéntese y espere
que cambien las toallas
para entrar.