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Hay días en los que me conocen y otros que soy nadie.
Hay veces en las que me escondo y evito saludar.
Hay veces en que baja la amnesia y no me acuerdo de nadie,
y cuando ya dan la media vuelta los vuelvo a recordar.
No es que sea mi problema la mente o me esté volviendo idiota.
No es que me busque toda la gente o me quieran matar.
El asunto es que ya nada sienten, ni nada les importa.
No importa si es que ríes o lloras, si vienes o si vas.
Y es que estoy cansado, cansado de la hipocresía que reina este lugar.
Y estoy, tan sólo sellando un pacto entre el mundo de afuera y el mío, que no sé dónde está.
Hay días en los que el silencio es absoluto en mí.
Son esos en que no quiero oír, ni siquiera cantar.
Y es que hoy todo es tan falso, aburrido, monótono, agobiante,
que hasta la simple idea de ser me parece molestar.
Hay días que no sé en qué creer, dios hoy tampoco vale.
Será porque si prendo la tele no está en los comerciales.
Hay días en que no quiero ver ni saludar a nadie,
Son todos nada más que lo mismo, ratas superficiales.
Y es que estoy cansado, cansado de la hipocresía que reina este lugar.
Y estoy, tan sólo sellando un pacto entre el mundo de afuera y el mío, que no sé dónde está.
Yo creo que estás algo demente, no estás hablando en serio.
Qué sabes tú de mí o de la gente, arrogante rockero.