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El confesionario dio luz verde A los primeros escarceos Después de tanto pecar Penitencia Al despacho del tutor en el tiempo de recreo Otra forma de jugar con la inocencia Aprieta el cinturón que no pase de ahí la mano que domina tu miedo Repite sin parar las palabras de Dios pintadas a las puertas del cielo Ven, ven que no te va a doler Vuelven claros los recuerdos de los parientes queridos de las noches vigilando tras la puerta Un secreto entre nosotros un secreto pervertido Cómo pudo ser que nadie se diera cuenta Ven, ven que no te va a doler ¡Ven! que guardo las tijeras de podar debajo del colchón ¡Ven! que siempre quise ser afilador cuando fuera mayor