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Un niño, un incestuoso,
un cobarde, un gitano,
un bobo, un más bobo,
una niña, una incestuosa,
un borracho, una gitana,
un cobarde, una boba,
un perro y un clavel
fueron a visitar a una borracha
y ella sacó cuatrocientas sillas.
Si quieres que nos sentemos,
rajanos las tripas.
Si quieres que nos sentemos,
rajanos las tripas.
La gitana y la borracha fueron de carnicería,
y mezclaron su carne con la que allí había.
El perro de la borracha
sacó un cuchillo en la boca
y se lo dio al cobarde.
El cobarde consiguió las tripas,
el del incesto se fue a Nueva York
exento de tripas.
Y todos los restantes
sin tripas murmuraban:
"Mi cabeza con cereza
será podrido manjar
para pagar mi rica sepultura
de olor a cobarde,
de olor a cobarde,
de olor a cobarde,
de olor a cobarde ...".
Olor a cobarde,
olor a cobarde,
olor a cobarde,
olor a cobarde ...