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Por esa tonadita de un chango al hablar
que tiene gusto a menta tomillo y mistol
y una ternura blanca en el corazón.
Derrapando su burro se oye rebuznar
bajando al trotecito de ahicito nomás
cargando en sus alforjas dicha y soledad.
Los changuitos serranos pastores serán
de un paisaje de pircas que vienen y van
donde se junta el cielo con la inmensidad.
Por esa tonadita del norte velay
con arrope tunero quesillo y patay
y cabritas clinudas que brincan por ay.
Un ranchito de piedra y otro más allá
con arroyos que cantan por el roquedal
entre lluvias de sauces y algún quebrachal.
Cuando la tarde pinta una puesta de sol
se escucha una guitarra que alegra un fogón
y una pava retinta con mate y cedrón.
Después cuando amanece en mi Córdoba irán
las manos trajinando el hornito y el pan
encendiendo el humor y la tonadita.