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Enancada en su potro
la diabla llegó
me flecho con su tridente
y endiablado quede yo.
Esa diabla del diablo
a bailar me invito
la pucha que era diabla
que en el baile me enredó.
Poseida en el baile
me hablaba de amor
y me dijo muy ladina
salamanquera yo soy
Con la diabla me fui
al negro socavon
adonde perdi el poncho
y también mi corazón
Que habrá sido de aquella
que nunca volvió
como extraño su diablura
en las cosas del amor.
Si una diabla le toca
lo hará divertir
pero si mete la cola
no me heche la culpa a mi.
Su recuerdo me excita
y la siento volver
para que me lleve en ancas
al infierno del querer.