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A lo largo de un camino, donde desemboca un río, caminando
a lado mío, yo te pude percibir, las escenas de mi vida,
muchas veces repetias, con tus manos escribias por si yo
volviera atrás.
Entre luces y entre sombras vi que yo no estaba solo, y
jamás hubo demoras al venirme tu a atender, tu fijabas
cada paso me tomabas de la mano, y al sentarte a mi lado,
nunca tuve a que temer, porque a la par de mis huellas
caminabas tú, porque en mis pruebas y en mis penas me
llevabas tú, en el dolor y en la alegría tu me hiciste
compañía, en comienzo de mis días y en el ocaso de mi vida.
Al final de ese camino donde el mar es como el río,
caminando a lado mío no te pude percibir, las escenas
de mi vida en tus manos van de prisa, con sorpresas
repetidas que agotaban mi existir.
Entre lues y entre sombras vi que me dejaste solo,
que tus huellas ya no adornan mi sendero hasta el
final, pregunte por qué lo hiciste al dejarme o no
seguirme, pero tú mas bien dijiste que no fue asi jamás.
Sobre mis huellas en la arena caminabas tú, en mis
pruebas y en mis penas me llevabas tú, con tus
brazos extendidos me cargabas como un niño, hasta
ahora he comprendido, son tus paso no los mios.
Sobre mis huellas en la arena caminabas tú, en mis
pruebas y en mis penas me llevabas tú, con tus brazos
extendidos me cargabas como un niño, hasta ahora he
comprendido, son tus pasos no los mios.
JAIRE