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Horas van, horas vienen,
¿a qué hora me amarás?
Horas van, horas vienen,
¿a qué hora me amarás?
No tengo todos mis recuerdos
ya me entenderás cuando a mi edad,
tus dedos arrugados y ya lerdos,
no puedan manejar la soledad.
Soledad, que siento irse cuando vienes,
y acercarse veloz cuando te vas.
Soledad, que pido a Dios que nunca
estés obligado acompañar.
Horas van, horas vienen,
¿a qué hora me amarás?
Horas van, horas vienen,
¿a qué hora me amarás?
Con mis decisiones y actitudes
ahora sé, me equivoqué.
También tuve aunque pocas mis virtudes,
unas y otras las aceptaré.
Y si divago en mis ideas nos reiremos
tu frescura mi tristeza deshará.
Ven sin prisa conversemos o callemos,
ven y a esa hora me amarás.
Horas van, horas vienen...