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Tu mundo
cuenta cuentos soñadores,
escondites de ratones,
la locura y la emoción.
La noche,
la aventura interminable,
un viaje a cualquier parte,
el misterio de una voz.
Quintero,
espero tu poción
que arregle un corazón
perdido y sin razón.
Qué locura la mía,
ya no está en garantía,
un silencio vacío en mi interior.
Qué locura la mía,
la mirada perdida
que se oculta en el eco de tu voz.
Qué locura la mía,
vagabundo sería
con la calma serena de mi amor.
Qué locura la mía,
eras tú el que decía
buenas noches y buena suerte, adiós.
Secretos,
mil maneras de contarlos,
que si empiezo lo que acabo
no termino de empezar.
Yo pienso,
si pensar no es tan amargo,
el camino es el andarlo
y jamás mirar atrás.