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LA VISION
DE EZEQUIEL PROFETA
1
Cuando Ezequiel profeta llevado en su misión
al valle de la muerte fue en visión,
¡triste la situación! llegando a la estación,
de huesos lleno el campo se encontró.
Dios dice: Hijo del hombre: ¿Vivirán estos huesos?
Dijo: Señor Jehová, tú lo sabrás. Para mí,
¡es imposible! para tí es muy posible;
y desde el púlpito empezó a exclamar:
CORO:
¡Huesos secos! oíd la voz de Jehová;
poneos en pie y recibid lo que él os dará.
Dejad la antigua condición, recibid la salvación,
que en el campo habéis estado mucho ya.
2
¡El ruido era tremendo! como de un estruendo,
pues se sintió una grande conmoción, que mientras él hablaba,
todo el campo temblaba, cada hueso a su hueso se juntó.
Todos se levantaron y a él se presentaron
a son de tan glorioso sermón:
Una vez levantados, suspensos y admirados,
oyeron tan hermosa inspiración.
3
Para ellos era raro, el mensaje era muy claro:
"Arrepentíos y al Señor servid", habrá restitución,
cuando haya absolución; entonces carne empezó a aparecer.
"No podéis regresar, sin dejar de pecar~' la piel los empezó a cubrir.
Y la congregación en gran consternación,
alerta estaban todos a escuchar.
4
Como un gran batallón eran, sin respiración,
pues faltaba el Espíritu de Dios; Ezequiel profetizaba
y nunca desmayaba, diciendo: "Oh, ven paloma celestial";
cuatro vientos soplaron y al pueblo arrebataron,
¡los huesos secos revivieron ya! ¡oh, Pueblo de Israel,
hoy vivirás con él! y para siempre en gloria reinarás.
Benjamín Cantú.
Fin
Dios te bendiga hoy, mañana y siempre