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Te vi, rascándole las cuerdas a la vida
fantasma de las sábanas podridas
de los recuerdos de la piel
y yo surfeando en el fracaso como nadie
con un buzón comprado en cada mano
con más que tiempo que perder.
Y con sólo una mirada
me adivinaste la jugada
y quise ni siquiera resistirme
me dejaste sin aliento
con el corazón ardiendo
no creo que podamos escaparnos
Ninguno de los dos
apóstoles del sálvese quien pueda
robándole al destino otra moneda
para jugar a cara o cruz
Yo te vi, subiéndole los precios a tus besos
Remarcándome tu risa hasta los huesos
para poder pagar la luz
Y con sólo una mirada
me adivinaste la jugada
Y no quise ni siquiera resistirme
Me dejaste la almohada
completamente envenenada
Si me dejaste sin aliento
con el corazón ardiendo
me dejaste la almohada
completamente envenenada.