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Ecos de una explosión
de colores violentos
relampagan al sol
a capricho del viento.
Tengo la impresión
de que ahora y aquí hoy
no hay problema que no tenga solución.
Si supiera escribir
en la cara del viento
iba a poder decir
con todo el alfabeto
lo que ya
anda flotando en el aire
para que
no haya nadie que no se haga enterar.
Tamborada, tambora
sacude ya los cueros
que llegó la hora.
Tamborada, tambora
pon a rodar los cueros
que la noche es pólvora.
Fiestas cómo este son
para movernos juntos
en una dirección
haciendo caer los muros
que nos van
convirtiendo poco a poco
sin querer
casi a todos en islitas de la mar.
(Arriba)
Tamborada, tambora
sacude ya los cueros
que llegó la hora.
Tamborada, tambora
pon a rodar los truenos
que la noche es polvo.
Tamborada, tambora
sacude ya los cueros
que llegó la hora.
Tamborada, tambora
pon a rodar los truenos
que la noche es pólvora.
Oé, oé, oé
Oé, oé, oé
Oé, oé.
Ah...
Tamborada, tambora
sacude ya los cueros
que llegó la hora.
Tamborada, tambora
pon a rodar los truenos
que la noche es polvo.
Tamborada, tambora
sacude ya los cueros
que llegó la hora.
Tamborada, tambora
pon a rodar los truenos
que la noche es pólvo.
Tamborada, tambora
tamborada, tambora.
Tamborada, tambora
sacude ya los cueros
que llegó la hora.
Tamborada, tambora
pon a rodar los truenos
que la noche es polvo.