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Esa noche fui una mancha de color, la más vistosa
y decoré a una mariposa...
Fui el reflejo de la Luna, al besar la piel del lago
que con un rubor plateado se estremeció al ondear.
Y tus pies hundiéndose en mis ganas de amarte.
Fuimos parte de lo bello, sin querer...
Y no quise pestañear, no quise pestañear
por no perderme un instante
de la magia constante de mirarte y comprenderlo.
Esa noche pude verlo, el amor nos va a dejar jugar en su jardín.
Esa noche fui un abrazo, la sonrisa y el abrigo
en la espalda del mendigo...
Fui la voz de un ruiseñor, escondido en una hiedra
y vi llorar a una piedra al escuchar su cantar.
La caricia tibia macerándose en tus manos
No fue en vano, fue el destino; fue la piel...
Y no quise pestañear, no quise pestañear
por no perderme un instante
de la magia constante de mirarte y comprenderlo.
Esa noche pude verlo , el amor nos va a dejar jugar en su jardin...
La caricia tibia macerándose en tus manos
No fue en vano, fue el destino; fue la piel...
No quise pestañear, no quise pestañear
por no perderme un instante
de la magia constante de mirarte y comprenderlo.
Esa noche pude verlo, el amor nos va a dejar jugar en su jardin...