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Sí... es que por poco vine y volví a vivir.
Sí... vengo a ver quién me enseña a volar.
Venga acérquese y siente de mí;
trate de aprender algo de mí.
Yo si hoy me enamoro, me olvido de ayer.
Debe ser porque soy
cómplice de esa ternura,
dulce sensación
que penetra mi alma.
De testigo el silencio que fiel me acompaña
hasta el final.
Yo no tuve miedo a sufrir por amor,
por eso fui y me lancé en el vacío fatal...
porque yo no tuve miedo al amor ni al dolor,
no, yo no tuve miedo al amor ni al dolor.
Me arrastró por los suelos... oh sí!
Hirió mis sentimientos... oh sí!
Pero hoy, alimento mis días
con presencias que me hacen sentir,
que esta vida es un sueño y nadie más
penetra mi alma.
De testigo el silencio que fiel me acompaña.