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Viene la tormenta y huye el sol,
las nubes espesas por doquier;
tiñe de presagio en su arrebol,
corren animales desde ayer.
Viene la tormenta sin piedad,
barrerá tu campo con tu rebaño y más,
a menos que busques hoy protección,
busques liberarte con visión.
Sigue la tormenta
su curso tan veloz;
sigue la advertencia constante
que no puedo frenar cual tempestad,
cual maremoto en el corazón.
Viene la tormenta y va a seguir,
la rutina diaria, el convivir;
la gran mayoría la ignoró
hasta que por fin apareció.